Winnipeg es como Albacete (caga y vete), lo siento por los de Albacete, pero yo no inventé el dicho… Llegamos a esta ciudad desde Quebec tan sólo para poder coger el único tren que nos llevaría Rumbo Norte, a la tundra ártica, a la capital de los osos polares, Churchill… El puto hostel de Winnipeg cuesta demasiado para lo que ofrece: 70 CAD, nuestro alojamiento se trata de una habitación individual sencilla aunque con con nevera y que tiene unas luces rojas dentro del cuarto de baño (no digo más!!). Dimos una vuelta por Winnipeg para intentar saber el por qué de estos precios y en un ratito ya estaba visto, nada espectacular la verdad… así que, ale! a buscar víveres para el largo trayecto en tren que nos esperaba al día siguiente hacia Churchill.
Lo peor es que a la vuelta de nuestra excursión a las latitudes polares parece que no hay trayectos hacia nuestro siguiente destino y deberemos estar 3 días más en Winnipeg hasta que llegue el tren que nos ponga rumbo a las rocosas. Mierda!!! Desesperación!! 3 largos días sin poder hacer nada y esto es carísimo! Nos dedicamos a buscar otras alternativas, pero ni las compañías de alquiler de coches nos permiten olvidarnos de la anodina ciudad, nos exigen devolver el coche de nuevo en Winnipeg ¡¡¡¡Nooooooo!!!! Finalmente hemos encontrado una salida: un autobús que, aunque muy ajustado en tiempo, nos saca de allí 3 horas más tarde de llegar el tren a la maldita ciudad…
Decidimos ponernos en marcha hacia Churchill (en temporada alta y con los sitios petaos) sin tener reservado alojamiento, dado que, según Internet, el único hotel con disponibilidad que hay, revienta nuestro presupuesto (y el de cualquiera con ese precio de 400 CAD la noche). Afortunadamente nos hemos encontrado con Jim, que viaja a ver al gran oso polar también y nos ha recomendado el Bed & Breakfast donde el se va a hospedar, que parece tener un precio razonable, pero no sabemos si habrá sitio ni cuanto nos cobrarían. En el peor de los casos intentaríamos dormir en la estación, aunque preferiríamos otra solución…
El viaje en tren dura dos días y el paisaje va cambiando de unas praderas otoñales a un bosque boreal completamente nevado y helado. La segunda noche en el tren, Jim nos vuelve a hacer otro enorme favor: nos despertó a las 5 de la mañana para que pudiéramos disfrutar de la visión de una Aurora Boreal. Si amigos, nos hicimos pipi del gusto. Lamentablemente desde el tren no pudimos hacer fotos que muestren este extraño efecto y no podemos compartir con vosotros este espectáculo que quedará para siempre en nuestras retinas.
Llegamos a Churchill tras el largo viaje, hielo, nieve hasta las rodillas, viento, frío de cojones, – 19 grados, cuatro casas, algunas posadas… acompañando a Jim, hemos ido preguntando en todos los locales por un alojamiento y a los recepcionistas por poco les entraba la risa cuando preguntábamos si tenían habitaciones libres. Uy! que chungo se está poniendo…
El Polar Bear B&B es una casita baja y acogedora de madera, comodidádes básicas pero muy confortable, una señora amable y tranquila recibe a Jim y nos alegra el día al confirmarnos que tiene habitación libre y que el precio es asequible, aunque muy muy caro: 120 CAD por noche, desayuno incluido. Ni siquiera dudamos o intentamos negociar, visto lo visto es eso o dormir al raso.
Para ver los osos, hay dos posibilidades muy diferentes. Existe un área protegida donde sólo operan dos compañías. Entrar en ese área te asegura prácticamente ver osos polares, crías y quizás otra fauna autóctona (zorros rojos y árticos). Eso si, el precio mínimo son 400 CAD por persona y día. What a fuck!! La otra opción es contratar otras compañías que sin entrar al área restringida, tienen grandes conocimientos sobre los lugares más usuales donde se encuentran los osos, pero no esta asegurado su avistamiento. Una tercera vía, poco recomendable, es hablar con algún lugareño, indígenas Inuit muchos de ellos, y que arriesgando tu vida y su coche, te lleve a dar un paseo por unos cuantos dolares y tengas la fortuna de encontrarte con un oso. Nosotros hemos elegido la segunda opción por 150 CAD persona con la compañía North Start Tours y nos vamos mañana de safari fotográfico, muy emocionados con Jim.
En esta época del año en la que todo está congelado hay pocas actividades en Churchill para pasar esta tarde, pero se puede visitar el museo para obtener mucha información sobre la fauna de la zona y sus antiguos habitantes. Nos pareció muy instructivo y además es totalmente gratuito.
Bares y restaurantes son los lugares «calentitos» donde refugiarse en este océano helado y charlar con algún local sobre la vida rodeados por osos polares. Un chico nos cuenta que todos los habitantes de esta villa están acostumbrados a lo que muchos turistas les parecería un escándalo, ellos han visto algún oso polar por la ventana de la cocina mientras se preparaban tranquilamente la comida. Pasear puede resultar peligroso, sobre todo por la noche, e incluso existe una patrulla para ahuyentarlos y que no entren en la ciudad atraídos por el olor de los restos de comida en los cubos de basura…
Pergeñados con todos nuestro aparatos audiovisuales, subimos al bus junto a un par de parejas más, que nervios!!! Al llegar a la desembocadura del Río Churchill en la Bahía de Hudson, vimos un enorme oso, blanco, con elegantes andares y caminando por el hielo en busca de comida. IMPRESIONANTE!!!. Estaba lejos, pero después, a lo largo del día hemos encontrado otros ejemplares que hemos podido observar más cerca, además de preciosos zorros rojos y otros animalillos. Hemos visitado también la cárcel para osos… si, existe una cárcel para esos osos que repetidamente se acercan a las viviendas, hay trampas para atraparles y el sistema consiste en encerrarles durante unas semanas (sin contacto con humanos y sin comida) para que les resulte desagradable volver a la zona y luego les sueltan a unos 40 Km de la ciudad.
Este día no lo olvidaremos nunca, nos sentimos absolutamente afortunados. Hemos tenido suerte y hemos conseguidos lo que
nos proponíamos viniendo a estas tierras y estamos exhultantemente felices. Además hemos aprendido mucho sobre este animal
en peligro de extinción. Aquí dejamos una pequeña muestra de lo que nos encontramos por el camino.
Los osos polares no hay que tomárselos a broma. En Churchill suele haber ataques a personas. El resultado normalmente es Oso muerto (o en la cárcel de osos) y humano en el hospital ‘muy chunguete’. El último episodio había ocurrido unos días antes de llegar nosotros. 2 personas y 3 osos por las calles de Churchill en la noche de Halloween, la historia terminó en tragedia…
Los consejos para evitar encontronazos y accidentes:
- Estar atento a los avisos de la patrulla sobre la cercanía a la ciudad de algún oso
- NO salir de noche solo a pasear
- No salir de noche solo y borracho a pasear
- Buscar refugio en caso de avistar un oso polar merodeando por las calles/alrededores y avisar a la patrulla de supervisión
- Si el encuentro con un oso polar ocurriera fortuitamente, nos recomiendan correr a buscar refugio, lanzando en la carrera guantes, abrigo, bufanda para intentar entretener al animal en nuestra huida y llamar a la patrulla que los ahuyenta lo antes posible y así evitar muerte de personas u osos.
El resto de la tarde, dado nuestro escaso poder adquisitivo, un poco mas tranquilos tras haber conseguido los objetivos planteados, lo pasamos dando un paseo y a cubierto en el área recreacional con enormes ventanales para observar la bahía Hudson, donde se encuentra, entre otros, la biblioteca. Un área con un parque para niños, un merendero, polideportivo con piscina, vestuario y pista de hockey… y todo cubierto para que los lugareños y visitantes como nosotros puedan recrearse sin congelarse. Aquí hemos conocido a una pareja de riojanos, experimentados ciclistas, que llevaban año y medio viajando por el mundo pedaleando por Europa y Asia, estaban empezando su andadura por tierras americanas, les deseamos lo mejor en su largo camino. Ánimo chicos!! Que valientes!!
Nuestro tren ya está en la estación, nos esperan otros 2 días hasta llegar de nuevo a Winnipeg y de ahí directos al
siguiente destino, ponemos rumbo a los Parques Naturales de Montañas Rocosas de Canadá.
Por cierto, Víctor se esta dejando barba porque dice que le abriga, Ruth también se la dejaría si pudiera, pero parece que el pelo crece despacio y el tema va pa largo…
PD : Hemos dejado de fumar hace una semana. Víctor no esta del todo mal…
Como llegar, consejos y precios:
- Para llegar a Churchill recomendamos el tren dado que en muchas épocas del año las carreteras están congeladas y el trayecto es peligroso y muy largo.
- El trayecto Winnipeg-Churchill en tren tiene un precio de 400 CAD, pero nosotros compramos un VIA Rail Pass que nos permite hacer 7 viajes de ida en 21 días por 750 CAD, que es muy conveniente para nuestro viaje. Infórmate de otros pases en http://www.viarail.ca
- Si vas en tren y no quieres gastar mucha en comida puedes llevar tus propios víveres, los amables dependientes del restaurante siempre están dispuestos a poner un poco de agua caliente en tu tazón de noodles.
- Avión Winnipeg – Churchill: desde 850 CAD
- Precio de un Tour para ver osos polares en la reserva: desde 400 CAD
- Precio de un Tour para ver osos polares fuera de la reserva: Desde 120 CAD (según número de personas)
- Precio del hostal B&B Polar Bears en temporada Alta: 120 CAD por noche (quizás si reservas con tiempo puedas conseguir mejores precios)
- Pásate por la oficina postal, el personal es muy amable y puedes estampar tu pasaporte con el sello de la ciudad que contiene un gran oso polar.
You have been where many Canadians have never seen! so impressed and amazed by your journey to the north.
Dear Ruth and Victor, awesome pictures of the polar bears! 🙂 I am very happy to see you having a great time! I know not always things are going perfect. Thats a part of the deal ;). I am still in Quebec! But will leave soon. I think of you, all the best for your next steps! Stef
Aurora boreal + Oso + licoreria = envidia!! (envidia de la mala además)
El sitio debe ser impresionante, y ver un oso y un zorro polar, aunque sea a bastantes metros de distancia debe ser flipante. Aunque os vais a dejar el presupuesto, por eso me imagino lo de dejar de fumar, que por esas tierras el vicio debe estar por las nubes.
Eeeeyyy!!!. Estas crónicas son las que gustan!!!. Aunque casi lo que más me ha llamado la atención es eso de «las chicas de la licorería nos ayudaron en esta ocasión». Con una familiaridad que da que pensar…¿hubo muchas visitas al establecimiento o que…?
todo muy bonito siempre hay gente buena por el mundo. Victor esta guapo en foto pero tu sales poco y siempre de perfil besotes